Funga, la tercera F
Actualmente cuando se habla de biodiversidad, de manera obsoleta se habla de Flora y Fauna, olvidando una tercera F, la Funga.
¿Por qué la hemos pasado por alto si estos organismos han sido fundamentales para estar donde nos encontramos hoy?
Es difícil saber desde cuándo existe el Reino Fungi en nuestro planeta, ya que por su naturaleza misma encontrar registros fósiles de estos es sumamente complejo. Sin embargo, es posible inferir en base a registros fósiles de plantas y animales terrestres la edad de los hongos, y la evidencia indica que son quizás el grupo multicelular más antiguo de todos. ¿Por qué nos debería interesar conocer la historia de la Funga? Pienso que en todos los aspectos de la Vida es necesario conocer de dónde venimos para así, quizás, tener una idea clara de hacia dónde vamos. Asimismo, este conocimiento es necesario para darle a cada organismo de este planeta tan especial la relevancia que se merece. Tal vez comprender el tiempo que un organismo ha estado en esta historia evolutiva de la que también somos parte nos ayude a sensibilizarnos en la conservación de todos nuestros ecosistemas y últimamente de la Tierra, lo que se cree que es el planeta con mayor biodiversidad de todo el sistema solar.
Es curioso que organismos aparentemente tan diferentes como lo son los animales y los hongos estén tan relacionados. Los animales (incluidos nosotros, Homo sapiens) pertenecemos junto a los hongos a un gran clado, Opistokonta, que envuelve a organismos provenientes de un ancestro unicelular común que compartían un único flagelo1 en la parte posterior de sus cuerpos para movilizarse, similar a los espermatozoides.
Desde la existencia de los primeros homínidos nuestra relación con los hongos ha sido íntima. Ötzi, la momia mejor conservada, tenía entre sus pocas pertenencias esenciales los cuerpos de dos hongos diferentes, uno usado como yesca y el otro usado para tratar parásitos estomacales. Los habitantes del antiguo Egipto usaban pan mohoso para curar heridas abiertas; estos mismos hongos del género Penicillium son los que llevaron a Flemming, físico y microbiólogo escoses, al descubrimiento accidental de la penicilina, el primer antibiótico que cambiaría la medicina para siempre, con implicaciones históricas como las de favorecer al bando de los soldados aliados en la segunda guerra mundial. La medicina de los antiguos egipcios fue el precursor de la medicina en la antigua Grecia que a su vez fue la base de la medicina moderna basada en la ciencia, donde Hipócrates clasificó al hongo Fomes fomentarius, como un potente antiinflamatorio. La cronología humana está llena de historias como estas, relacionadas estrechamente con el uso de hongos, desde chamanes siberianos hasta chamanes sudamericanos utilizándolos como medicina y/o fuentes visionarias del futuro.
En tiempos más modernos como los nuestros es imposible pensar en la vida sin quesos, vinos, cerveza, chocolate, café, pan, yogurt, etc. Igual que las hormigas hemos logrado domesticar hongos silvestres para nuestro beneficio; sin embargo, este reino es tan extenso que es mucho más lo que aún desconocemos. Esto no debería causar desesperación, sino ser un llamado a profundizar en la taxonomía, ecología y generalmente en el entendimiento de la Funga.
En el colegio muchos aprendimos que los únicos organismos autótrofos eran las plantas por su capacidad de convertir la luz solar en energía. Ahora sabemos que existen hongos radiotróficos que utilizan radiación (como los rayos gama), como principal fuente de energía. La trascendencia de esto quizás exceda nuestra comprensión, no obstante, ya hay personas alrededor del mundo concentrando esfuerzos para solucionar uno de los problemas más importantes que obstaculiza la vida en el espacio utilizando estos hongos radiotróficos como escudos protectores contra los mortales niveles de radiación espacial.
Ecológicamente hablando podríamos discutir por meses sobre los efectos de la funga en los ecosistemas terrestres, marinos y dulceacuícolas2. Ese no es el propósito de este escrito, pero sí mencionaremos honoríficamente ciertos trabajos esenciales que permiten un perfecto balance natural. ¿Podrían imaginar un mundo sin los recicladores de nutrientes por excelencia? ¿no? Yo tampoco.
Las cantidades de material vegetal que son reutilizadas por las plantas a través de los hongos son las que sostienen a nuestros Bosques y Selvas, son las que permiten que los rayos del sol besen el suelo que de otra forma se quedarían atascados entre troncos y hojas. Algunos hongos son capaces de producir millones y hasta trillones de esporas en una sola esporulada, algunas de las cuales pueden llegar a la atmósfera sirviendo como núcleos para la formación del hielo y de condensación para la formación de nubes y lluvia vital. Estas estructuras microscópicas pueden también absorber y reflejar radiación terrestre y solar, o ser utilizadas como transporte, donde microbios se movilizan a nuevos lugares para colonizar otros terrenos.
Estos procesos aeromicológicos3 en la atmósfera ayudan e intervienen en los ciclos biogeoquímicos4, incluyendo la circulación de agua y nutrientes. Está de más mencionar que las esporas también sirven como una rica fuente de alimentos para animales como insectos, que a su vez atraen a depredadores más grandes que traen consigo más esporas, polen, y semillas. Todo esto contribuye a uno de los fenómenos más atractivos de nuestro universo: la tendencia hacia la siempre-cambiante biodiversidad.
Por esto y mucho más, debemos empezar a cambiar nuestra realidad a través del casi mágico lenguaje: demos la bienvenida a la era de la flora, fauna y la FUNGA.
Estructura similar a una cola que se agita presente en varias células y microorganismos que permite la locomoción en un medio líquido.
Ecosistemas de agua dulce como lagos, ríos, arroyos.
Se refiere a la presencia de hongos en el aire y a mecanismos de esporulación o dispersión de esporas por este medio.
Rama de la ciencia que estudia la composición química de la Tierra y otros cuerpos celestes. Este campo combina aspectos de la geología y la química para entender cómo los procesos geológicos, como la erosión, la sedimentación y la actividad tectónica, afectan y son afectados por la distribución y movimiento de sustancias químicas en la Tierra.